Una selección de imágenes que para mí expresan a la perfección las posibilidades del cinemascope para crear vacíos, llenarlos, descentrar la mirada, tensionar el encuadre. Cada una de estas capturas me habla de alguien que ha pensado en términos de formato y por lo tanto alguien que da una dimensión estética a la imagen. Pensar cada una de estas imágenes nos ayuda a fijar la idea de puesta en escena como decisiones formales que conllevan un significado. La imagen de arriba, por ejemplo, es de Demoiselles de Rochefort, una de esas películas compuestas con tanta precisión que realmente divide a quienes aman la película y quienes la odian en bandos irreconciliables.
En esta imagen me encanta la idea de la cafetería como una especie de pecera abierta al exterior, con Deneuve sentada casi en el centro, público de lo que sucede fuera y espectáculo para nuestra mirada, esas líneas de mesas azules, el entramado de horizontales y verticales que nos hace pensar en abstracción geométrica, en un Mondrian sencillo y frío. Y que todo esto esté ahí no es una casualidad. Es el producto de una mirada que lo quiere así, alguien que piensa que el cine es algo que uno crea, algo que uno compone de piezas, formas y motivos, no una realidad que se reproduce. Y hay aquí, por supuesto, una idea del cine que choca con otras.