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¿Qué es cine gay?: (I) Cine gay como experiencia

El cine gay no es una sola cosa. Para cada uno significa algo distinto. En cuatro entradas propongo diversos modos de aproximarse al cine gay. Yo creo que los cuatro criterios son importantes.

Primero, un criterio tautológico. El cine gay como resultado de la relación entre un chico o chica gay y el cine. Así de fácil. Por supuesto ninguna relación es simplemente arbitraria o espontánea, pero aquí me refiero a un tipo de actitud muy visceral. Uno de los aspectos que más me interesaría explorar en este proyecto es el de la experiencia real del cine de los gays, remitiéndome a lo biográfico. Contemos historias de cómo empezamos a ir al cine y cómo nos afectó el cine en nuestra evolución como gays.

Todos tenemos, seguro, muchas, pero como ejemplo, lo primero que se me ocurre es mi relación con Richard Gere. De esto hace mucho, mucho tiempo.

Los de mi generación crecimos en un mundo que no hablaba de homosexualidad o que cuando hablaba de ella no nos interesaba sentirnos identificados. El cine abre la posibilidad de una experiencia que es a la vez pública e íntima, concreta y emocional, fija y fluida. Mi primera época de fiebre cinéfila se extiende de 1977 a 1984 y coincide, de manera casi exacta, con mi adolescencia. Al crecer en un pueblo mediterráneo, el cine era una fantástica ventana a otros mundos, y cualquier otro mundo me parecía mucho más glamuroso que el mío propio. Supongo que es una experiencia familiar. Dado que no tuve “experiencias” con compañeros de clase, algo que parece haber sido importante para tanta gente, el cine era para mí un laboratorio de experimentación de la fantasía. Recuerdo mi fetichización del cuerpo de Richard Gere en tres o cuatro películas de principios de los ochenta, que se impuso de tal manera en mi imaginación que todavía dura y tuvo un momento de remonte con la revisión de mi pasado cinéfilo causada por la aparición de los DVDs que me permitieron revisarlas. Probablemente si mi adolescencia hubiera tenido lugar antes o después, mi fetiche habría sido otro. Pero de entre todas las posibilidades en torno a 1980 la elección de películas como American Gigolo, Yanquis, Oficial y caballero o Sin aliento no es casual. Recuerdo por ejemplo como algún crítico de Fotogramas avisaba a los interesados de los desnudos de Gere, cómo Gere se construía como icono homoerótico. Pero para mí lo importante de películas como American Gigolo no era simplemente que Gere saliera apeteciblemente desnudo, sino que tal desnudez era también percibida por el crítico de Fotogramas. Era una manera un tanto barroca de compartir una experiencia del homoerotismo a través de una complicidad que en mi vida cotidiana percibía como imposible.

Lo que quiero decir es que son aspectos importantes a la hora de hablar de cine gay. En estas películas hay, sin duda, aspectos homoeróticos “objetivos” y forman parte de la historia de la representación del cuerpo masculino en el cine. Pero esto no significaría gran cosa si no existieran miradas compartidas que han hecho estas representaciones relevantes, que han tenido un impacto en vidas reales.

¿Alguien quiere compartir fetiches, recuerdos, historias personales?

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13 thoughts on “¿Qué es cine gay?: (I) Cine gay como experiencia”

  1. Claro, Cinequeentiende, pero a mí lo que me gustaría es ser más específico. No puedo recurrir a la ciencia infusa como explicación. Hace poco leí un libro, Flaming Passions, que explicaba todo esto desde una perspectiva psicoanalítica. Me parece una explicación terrible, esencialista y tal, pero al menos es una explicación.En lugar de intuición yo hablaría de inmersión subcultural. Creo que un gay criado en, digamos, Irán, o en un pueblo pequeño sin mucho acceso a internet o al cine, no tiene el mismo gaydar que alguien que ha crecido en Madrid. Cuando pienso en mi experiencia, el “gaydar” funcionaba de manera poco uniforme: de inmediato me di cuenta de que Jack Cole, el coreógrafo de Los caballeros las prefieren rubias era probablemente gay, pero me costaba mucho más leer el subtexto en La soga o Río Rojo. O lo de Arturo Fernández. Por supuesto es algo que aprendes. Y se aprende absorbiendo una cultura gay que es cada vez más explícita, cada vez más accesible. O sea que de alguna manera la cultura gay se “retro alimenta”, cuanto más hay más vemos.Creo.Alberto

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  2. “Acostumbrados a que el elemento erótico sea la mujer…” Debemos, entonces suponer que las lesbianas lo tienen ‘más fácil’ para descubrir iconos eróticos en el cine…

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  3. Queda respondido con el articulo sobre iconos lésbico, quizá debi leer todo el blog primero. Aprovecho para decir que me parece muy interesante, también por mi relación con el tema como estudiante de cine.

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